A última hora estaba todo dicho acerca del veintitrés.
En aquél los desalmados tomaron el Congreso.
En el actual, para dejar buen sabor de boca tan solo se ha sucedido una constante toma de micrófonos.
No queda apenas nada que añadir. Salvo lo que sigue sin aclararse hasta el presente, que alguna vez descubrirán los historiadores bienpensantes. A ellos no hay verdad que se les resista. El paso del tiempo las hará pura historia. Ya casi la rozamos. Lo hemos aprendido hoy algo más, de los señores Carrillo, Gabilondo, González, Fraga el duro, Miguel Ángel Aguilar, en el punto justo.
Felices sueños, por qué no, para los señores Tejero y Milans.
Les aguarde larga vida. ¡Qué menos!
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