sábado, 12 de marzo de 2011

DESMEMORIA TOTAL



Lo mejor que puede suceder a cualquier individuo para lograr la suma dicha, es olvidarse de todo.
Cuando uno-una se queda en blanco no es dueño de sus actos. No responde ni ante dios si le preguntara.
Pero de  tal estado bobalicón a  la felicidad total, lo dicho: Un paso.
Algo así  debe estar sucediéndole  a nuestro rey del puño, 'que te pego, coño'.
Le ocurre a este buen señor que ha perdido, junto con los  papeles,  la  noción de aquellos tiempos en que sus idas y venidas con el Altísimo, de acá para allá  le aseguraron un sitio de honor, a perpetuidad en el mismo cielo.
Méritos no le faltaban con la aparente fe y espiritualidad de que hizo gala para granjearse  el lugar  primera preferente entre los elegidos, como destacadísimo valido de la corte celeste.
Tras las estrepitosas caídas, primero de Rumasa, después de Nueva Rumasa y lo que parece presunto fraude,  vuelve el buen señor a recordarnos que su honor está por encima de todo. Incluso por delante de las colosales estafas, suyas, de entonces y de ahora.
Sería un deshonor para él, como ha manifestado, traicionar a sus pobres clientes ahorradores quitándose de en medio. Única manera, por otro lado, de eludir el peso de la ley, si decidiera aplicarle en pura justicia el sabido 'que lo pague, que lo pague'.  Ante tan sutil amenaza, ya se presume lo que pretende: Que, por ley, se le condecore como grandioso delincuente, y poco más.
Ya habrá otros menos afortunados, sin pacto directo con el cielo, que paguen.
Quiera dios  no sea la retahíla esa de 'justos por pecadores'.
Comprobado que la ley anda baja de memoria en la vigilancia de la libertad condicional de los grandísimos pícaros delincuentes, por más que grandiosos, no nos extrañará que con un poco de suerte nos venga encima la Tercera Pifia SA.
Mientras, persistirán los problemas de insomnio entre quienes tienen cruda la supervivencia.
Atentos.

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