domingo, 12 de junio de 2011

TODOS A UNA



Que toutes les voix chantent...
Que tous louent son oeuvre!
Faisons retenir un chant de louanges...

Estas palabras recurrentes y en justicia oportunas  debían haber inundado el salón de plenos de un ayuntamiento que conozco bien.
Y a  ellas habrían respondido  los aplausos enfervorizados.
Pero todo ha sido como un sueño fatal. Por fatal, realista, pragmático y demoledor.
Ni las voces cantaron. Ni TODOS ensalzaron su obra. Ni todos repetirán las alabanzas.
A mi alcalde me lo cambiaron.
A mi alcalde lo han soñado , y  no  se le ha repuesto en la sala de despertar.
Mi alcalde me lo robaron  hace noches  cuando dormían los mochuelos de ojos redondos. Al acecho.
Hoy se ha hecho materia gris, cerebral, otro edil que no es mío. Pero me pertenecerá, si la ley se pone tonta en mi contra y a mi favor.
Mi alcalde era el coro final. Y así lo hemos concebido sin necesidad de ponerle por medio la zancadilla de un Haydn.
Hoy no se ha hundido  ningún techo, pero se nos ha echado encima una losa demasiado pesada como para moverla solo a base de mil doscientas papeletas.
Mi  a partir de ahora exalcalde repetirá para sus adentros las hermosas frases
de alabanza que por rarezas del destino grotesco, no pudo oir en un salón de plenos. Con demasiadas voces discordantes.
Cuatro años son tan largos como pasajeros. Escampará.

1 comentario:

  1. Como tú hay mildoscientas personas que se han sentido decepcionadas y que el paso atrás que acaba de dar el pueblo, están deseando que solo sea un paréntesis, posiblemente no la mayoría lo viva con la intensidad que tu lo vives, pero quiero pensar que igualmente aplauden con fervor su paso por la alcldía.

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